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El pacto de socios es, a nuestro juicio, una herramienta fundamental y necesaria en todas aquellas organizaciones que tienen más de un socio. Este documento privado toma mayor relevancia en el supuesto de que la dedicación de los socios al día a día de la sociedad sea asimétrica, como puede ser en el caso de un socio financiero.

Lo que persigue el pacto de socios es, en esencia, regular las relaciones entre socios, y entre socios y sociedad.

Es habitual que en los pactos de socios se establezcan contrapesos, por ejemplo mediante vetos o mayorías cualificadas que limiten o impidan el ejercicio de determinadas acciones por parte de uno o varios socios, todo ello con objeto de garantizar que dichas acciones sean conocidas por todos los socios, que sean aceptadas por los socios que sumen al menos un porcentaje determinado del capital social, o incluso, que garanticen la aceptación de determinadas acciones por parte de un socio concreto.

Del mismo modo, el pacto de socios debe garantizar la posibilidad de que el equipo gestor pueda llevar a cabo la gestión diaria de la sociedad sin necesidad de acudir a pedir aceptación de sus decisiones a los socios.

En definitiva, a pesar de que pueda parecer que todos los pactos de socios son iguales, para realizarlo correctamente conviene analizar detenidamente la sociedad, su estado de desarrollo y el perfil de sus socios. Todo ello a efectos de establecer un pacto de socios que garantice un equilibrio de fuerzas óptimo entre los socios y entre la propiedad y la gestión diaria de la misma.