Actividad M&A en Europa en el segundo trimestre de 2019
Según el informe Pitchbook del segundo trimestre de 2019, la actividad en Europa de fusiones y adquisiciones siguió disminuyendo ligeramente durante este periodo, en línea con la tendencia observada desde 2016. No se cerraron acuerdos significativos, siendo la buena noticia que un puñado de próximos mega-deals provoca el optimismo.
La región DACH fue la que más cayó, con una caída intertrimestral del 57,8%. La actividad de fusiones y adquisiciones en Europa Central y Oriental se recuperó ligeramente, aumentando un 47,3% en este periodo, y el Reino Unido e Irlanda, a pesar del Brexit, contribuyeron en gran proporción al volumen de negocio (37,7% en el periodo).
Un estudio de Baker McKenzie estudia el escenario español, en el cual la actividad M&A de este periodo arroja menos operaciones que en el precedente (272 vs. 295) pero de mayor volumen ($ 5.490 mm vs.$ 3.984 mm). La característica del periodo es un aumento en las operaciones domésticas (sí en valor, aunque no en número), fenómeno que se repite en las operaciones de componente internacional realizadas por empresas españolas sobre extranjeras (aumento en el valor de las operaciones, disminución en el número de operaciones), en contraste con el fuerte descenso en general de operaciones internacionales de empresas extranjeras sobre españolas.
Existe un optimismo de cara a la segunda mitad del año, gracias al protagonismo adquirido por los fondos de Capital Riesgo, el apetito por activos de calidad en el mercado y el bajo coste del apalancamiento financiero.
Los sectores más activos en operaciones M&A en España han sido el energético, medios de comunicación, industria del entretenimiento y comercio minorista, siendo la operación más relevante la adquisición por parte de The Carlyle Group de entre el 30-40% de CEPSA.
Y, volviendo al panorama europeo, el decrecimiento en operaciones M&A corporativas ha continuado. Por otro lado, se observa un creciente interés de empresas con sede en Japón de establecerse en Europa. Y, en esta línea transfronteriza, las políticas proteccionistas podrían, lamentablemente, interferir con la futura inversión procedente de fuera de la UE.